Anoche, el Teatre Grec de Barcelona acogió Dioptria, 55, un espectáculo coproducido por Abacus y el TRESC que rindió homenaje a Pau Riba y a su disco más icónico, Dioptria. La propuesta, incluida en la programación oficial del Grec Festival, agotó todas las entradas en pocos días y se convirtió en una de las citas más esperadas de la edición.
Con una escenografía que transportaba al público a la Formentera hippy de los años setenta, el acto reunió a una quincena de artistas de la escena actual para reinterpretar, con una mirada contemporánea, un álbum fundamental de la música catalana. Dioptria significó, en 1970, una revolución sonora y poética que sacudió el país, y el espectáculo supo transmitir su espíritu irreverente y radicalmente libre.
La dirección artística corrió a cargo de Caïm Riba —hijo de Pau Riba— y Pol Segarra, con De Mortimers como banda base. Sobre el escenario pasaron voces emblemáticas como Maria del Mar Bonet, Roger Mas, Rita Payés, La Ludwig Band, David Carabén, El Petit de Cal Eril, Roba Estesa, Xarim Aresté, Joan Garriga, Ju o Mar Pujol, entre otros. Cada artista aportó su sensibilidad, dando forma a una reinterpretación colectiva, comprometida y fiel al espíritu transgresor de Pau Riba.

Para Gerard Birbe, director del TRESC, Dioptria “no es solo un disco, sino un grito de libertad y una revolución sonora que marcó a una generación”. Recuperar este universo creativo irrepetible en los escenarios, asegura, “es una manera de mantener vivo el legado de un gran referente de la cultura catalana”.
El espectáculo ejemplifica el compromiso de Abacus con una cultura transformadora, abierta y arraigada al territorio. Como cooperativa que apuesta por iniciativas colectivas como el TRESC —la comunidad cultural más grande de Cataluña—, Abacus promueve propuestas que conectan generaciones y fomentan la participación activa en la vida cultural del país. “En Abacus y en el TRESC entendemos la cultura no como un lujo, sino como una experiencia esencial que nos transforma y nos hace crecer”, explica Birbe.
Con Dioptria, 55, la cooperativa reafirma su vocación de contribuir a una sociedad más crítica y cohesionada a través de la cultura, y de rendir homenaje a figuras clave como Pau Riba, que con su obra rompió moldes y abrió nuevos caminos para la creación.



