El blusón que conocemos actualmente surge de la transformación de las camisas anchas del estilo imperio del s. XVIII de uso masculino, que fueron evolucionando a los primeros blusones. Aparecen en las clases obreras para ser una pieza cómoda y barata, aunque también se podía hacer de él una pieza sofisticada para fines más festivos. Normalmente, eran negros, pero también había marrones, azules, rayados, estampados, con vainas sobrepuestas, lentejuelas o adornos varios… Con materiales como fieltros de colores variados y cartulinas, engalanaremos el blusón fallero con figuritas falleras muy divertidas.
Edad recomendada: + 4
La actividad es gratuita, con inscripción.
Importante: Los menores han de ir acompañados de un adulto durante toda la actividad.